Según el estudio realizado por Adecco “Las capacidades diferentes como eufemismo de la discapacidad”, el 41% de las empresas no toma personal con discapacidad. Consultadas las razones, el 56.76% expresó que “nunca se planteó el tema”. Que la empresa no tenga infraestructura accesible o no disponga de puestos de trabajo adaptados es la segunda causa de no oferta de empleo, e impacta en el 29,33% de las compañías que no toman empleados con discapacidad. El 3,24% manifestó querer evitar incomodidad a sus clientes o querer evitarse “incomodidad” en el proceso de reclutamiento que “no sabría cómo abordar”. El 1,33% de los casos considera que indemnizar a una persona con discapacidad es más caro y prefieren “no tomar el riesgo”. Finalmente, el 1% de este grupo manifestó que espera de estas personas menor rendimiento laboral y mayor ausencia por motivos médicos, por lo que prefiere no contratarlos.
En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, tenemos la oportunidad de desentrañar algunos de los mitos que circulan en torno a discapacidad y empleabilidad:
- “La discapacidad disminuye la calidad y productividad del trabajo”: diversas experiencias demuestran que los trabajadores con discapacidad pueden ser eficaces y eficientes en el desempeño de su trabajo si el proceso de búsqueda y selección fue el adecuado.
- “¿Necesitamos instalaciones especiales?”: muchas veces no se requiere de mayores o costosas adaptaciones para que una persona con discapacidad pueda realizar una tarea determinada.
- “Las personas con discapacidad faltan mucho debido a que se enferman reiteradamente”: una persona con discapacidad no es una persona enferma, aunque puede enfermarse como cualquier otra persona. La mayoría de las personas que tienen una discapacidad no tienen una mayor propensión a contraer enfermedades.
- “Tendré inconvenientes legales si quiero desvincular a una persona con discapacidad”: como en cualquier caso, no deberían existir inconvenientes con el empleado si las causas de la desvinculación se encuentran debidamente justificadas.
Indudablemente, las políticas y leyes para incluir a personas con discapacidad son necesarias pero no suficientes. Para lograr que la inclusión laboral sea efectiva es necesario, también, un cambio cultural que requiere del compromiso de cada uno de nosotros para construir una realidad diferente.