La crisis del Coronavirus, al igual que cualquier crisis social y económica, dejará su huella. La gran depresión provocó una actitud de «no desperdiciar» que definió los patrones de consumo durante décadas. La hiperinflación en la República de Weimar todavía persigue a la política alemana. La crisis financiera de Asia dejó a la región atesorando la mayor colección de divisas del mundo. La crisis de Argentina del 2001 también dejó marcas visibles aún en la actualidad.
Esta vez experimentamos una emergencia de salud pública que está sacudiendo la economía mundial. En solo unas semanas, nos hemos acostumbrado a lavarnos las manos como nunca, abastecernos de lo esencial, cancelar reuniones sociales y de negocios, descartar planes de viaje y, todos aquellos que pueden, a trabajar desde casa. Los rastros de tales hábitos perdurarán mucho tiempo después de que los bloqueos por la crisis del Coronavirus se levanten. Se fomenta el teletrabajo y la flexibilidad laboral en todos aquellos puestos que lo permitan. Y se espera que, conquistado el COVID-19, estos cambios sigan aplicándose en el mercado laboral.
La pandemia y el mercado laboral
El problema más grave asociado a esta crisis del Coronavirus es, sin duda, el bienestar y la salud de las personas. A continuación, contamos con la crisis económica y el impacto en el mercado laboral actual. No resulta sencillo predecir cómo ni cuándo volveremos a algún tipo de normalidad.
Las tendencias laborales que ya pueden vislumbrarse post Coronavirus
El teletrabajo pisa fuerte
El trabajo remoto ha llegado para quedarse. Sin duda, “trabajar desde casa” hará que nos replanteemos cómo mantener el trabajo en equipo, la colaboración, la comunicación y la productividad. En este sentido, podremos darnos cuenta de si estábamos o no sacando el máximo provecho a la tecnología con la que ya contábamos.
Esta crisis servirá para convencer a aquellas empresas reticentes a fomentar este tipo de trabajo de sus ventajas.
Es el momento de que las empresas capaciten y formen a sus empleados para ser más efectivos virtualmente.
Todas las fuerzas laborales deberán actualizar sus habilidades digitales.
Por su parte, los líderes deben incorporar nuevas rutinas que fomenten la colaboración, la productividad y el bienestar de los equipos de trabajo.
Además, estar en línea todo el tiempo también cambiará la jornada laboral típica. En un futuro no muy lejano dejarán de existir las jornadas laborales de ocho horas. Esto requiere que los empleados establezcan límites claros, distribuyendo de manera adecuada su tiempo familiar, tiempo personal, tiempo libre y horas de sueño. De lo contrario, corren el riesgo de perjudicar su calidad de vida.
Nuevas habilidades de liderazgo
Todo líder se verá puesto a prueba con la crisis del Coronavirus. Somos conscientes de que los líderes ya han ido evolucionando en sus habilidades para lograr el éxito con los diversos equipos de trabajo.
Antes de esta emergencia sanitaria, la mayoría de las empresas tenían trabajadores bajo un mismo techo. Superada esta crisis, el trabajador remoto será la nueva normalidad para muchas compañías. Por ello, los líderes deben aprender a liderar de forma remota, en lugar de hacerlo presencialmente.
Algunas organizaciones resultarán críticas para que estos líderes alineen, motiven y sigan de cerca los proyectos y el desempeño de los trabajadores. Se espera de estos perfiles que posean una cultura empresarial férrea, valores profundamente arraigados, excelentes habilidades de comunicación y capacidades integrales para realizar informes, sistemas y procesos.
Con relación a las llamadas habilidades blandas, los líderes que triunfen en el futuro inmediato serán aquellos que sean ágiles, orientados a objetivos, con mentalidad fuerte y capaces de establecer relaciones que incluyan a todo tipo de trabajadores, independientemente de donde se encuentren geográficamente.
Necesidad de un nuevo contrato social
La evolución del mercado laboral ha generado un aumento en el número de trabajadores flexibles. Sin embargo, la crisis del Coronavirus ha dejado en evidencia su vulnerabilidad laboral.
Estas medidas de emergencia resaltan algo que hemos estado defendiendo desde hace algún tiempo: necesitamos un nuevo contrato social. Éste debe garantizar que todos los trabajadores tengan la red de seguridad social que necesitan.
Incremento del número de contratos temporales y de media jornada
En el marco del COVID-19, miles de personas están siendo contratadas por grandes empresas para trabajos temporales y de media jornada. Esto se debe al incremento de las ventas online y la necesidad del reparto de dichas mercancías a domicilio. Estos trabajos se volverán más comunes incluso una vez superada la pandemia.
Digitalización más rápida
El Covid-19 está obligando a las empresas a acelerar su transformación para ser totalmente digitales a nivel mundial. Todos deberían tener acceso a la misma información para hacer su trabajo. De esta forma, se eliminarán presentaciones que cubren información conocida y permitirán que los trabajadores se concentren en resolver problemas importantes a través de reuniones online más cortas.
Dentro de los cambios en el mundo laboral dejarán de ser necesarias las largas presentaciones de PowerPoint. Las agendas estarán más enfocadas; lo que permitirá reducir drásticamente los tiempos de reunión.
Centrarse en los resultados en lugar de controlar el tiempo de los empleados
El papel de los líderes cambiará a una mayor atención sobre el empoderamiento de sus empleados, dándoles energía en torno a una misión común y midiendo los resultados de su trabajo. En lugar de medir los aportes de los empleados, las empresas cambiarán a resultados y métricas prospectivas, como la participación de mercado y los comentarios de los clientes.